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Imagen subida por: saoo2
Leo Messi mantuvo una prolongada charla al término del encuentro en Mestalla con Velasco Carballo. No es una imagen habitual. Más bien lo contrario. El argentino, una vez acabado el partido, suele dedicarse a recibir las felicitaciones de sus compañeros, que le reconocen sus méritos día tras día.
La imagen del '10' discutiendo con el colegiado del Valencia-Barça impactaba por su excepcionalidad. ?Dos, dos?, le recriminaba constantemente, pero el árbitro madrileño ni se inmutaba, pese a que en su fuero interno debía ser consciente de sus errores. De lo contrario, la conclusión es que no da el nivel para Primera División. Lo evidente, lo que no deja lugar a la duda, son las imágenes, tan contundentes que se hace difícil pensar que, en directo, no lo fueron tanto. Cuando Rami, que ya tenía una tarjeta amarilla y que quizá la falta le hubiera costado la expulsión, derribó a Leo Messi, no existía ninguna sospecha sobre una posible caída voluntaria. El argentino cayó dentro del área tras recibir la zancadilla también en su interior, instantes después de superar con un suave toque a su marcador. Penalti. Para todos menos para Velasco Carballo, al que le superó el ambiente de Valencia o su propia ineptitud. Ni una palabra mal dicha después del encuentro. Ni el técnico, ni el capitán ni tampoco ayer Xavi. La contraposición con las posturas del Real Madrid también sirve para callar cuando a veces lo que pide el cuerpo es quejarse. Pero el estilo y la línea a seguir impuesta por quien dirige la nave aconseja hablar poco de los árbitros. Si es posible, nada.