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La Selección Española - Ahora es muy fácil ser español, español, español.

Hace 12 años por lordtomeu1982
españa escudo.JPG

Imagen subida por: GARCIA

A día de hoy, decir que Iker Casillas es el mejor portero del mundo y ver que a jugado 125 veces con la absoluta, es normal.
Ver como Xavi Hernandez supera los 100 partidos con la camiseta de la selección, es normal.
Presumir de delantero pichichi en el mundial y la Eurocopa, ahora, es normal.
Pero hasta hace unos años, todo esto era impensable.
Que un manchego nos coronara como los reyes del mundo del fútbol, dos años después que un "niño" hiciera lo mismo en Europa... hace unos años, más que una utopía.
Hablar ahora de Piqué, Puyol, Sergio Ramos, Xavi Alonso, Silva, Mata... Hace que cualquiera sienta respeto y sonría recordando aquellos dos mágicos veranos, aquellas épicas finales en Viena y Johannesburgo. Pero, ¿que tal si recordamos un poco más?. Algo no tan agradable.
¿Te apetece hacer un pequeño viaje al pasado conmigo?.
Recuerda y deja al lado las emociones de las que hemos estado hablando.
Tengo 29 años, y mi memoria futbolística llega donde llega, tengo un tope, que está en el mundial de Italia en 1.990, tenía yo entonces 8 años.
Te pongo en situación: en el banquillo Luis Suarez (el único español en ganar un balón de oro), el equipo, estaba formado casi en su totalidad por la quinta del buitre. Se pensaba ese año que se iba a llegar lejos, pues se contaba con una plena madurez deportiva. Bélgica, Uruguay y Corea del Sur fueron los emparejamientos en el grupo, que acabamos superando con dos victorias y un empate.
Llegamos a los octavos, Yugoslavia, temible, se decía "si les marcamos pronto, son nuestros". Pero ese gol tempranero no llegaba, pasaban los minutos y el marcador seguía reflejando el 0-0 inicial y en el minuto 78, GOL, de Yugoslavia... Las manos a la cara; los ojos muy abiertos; los que estaban viendo el partido se preguntaban a voz en pecho qué hacía ese tío solo en el área. La gente abandonaba los bares, -es imposible- decían. De pronto se escucha la televisión que grita -¡¡GOOOOOOOL de España, goooooool de España, gooooool de Julio Salinas!!- Julio Salinas, debutante con la selección ese año, empataba en el minuto 84. De nuevo la ola de esperanza recorrió los corazones de todos aquellos que veían el partido.
-Nos los estamos comiendo- , -este partido ya es nuestro- eran los comentarios que más se escuchaban. Llegó la prórroga. En la primera parte de la misma, falta a favor de Yugoslavia. La barrera se coloca, todos nos damos cuenta que está dejando huecos, se guarda silencio, la barrera sigue mal colocada, nadie habla. El mismo que nos a marcado va a lanzar la falta y la barrera se ve a leguas que no está bien puesta. se oye el pitido del árbitro, el jugador yugoslavo corre los pocos pasos de carrerilla, el balón entra por donde la barrera debería estar cubriendo... Gol. Ya no hay nada que hacer, nos vamos a casa cabizbajos y refunfuñando.
Para que duela más la herida, ni siquiera nos clasificamos para la Eurocopa de 92. Eso sí, ese año conseguimos el oro olímpico, ganando en la final a Polonia por 3-2. Con una plantilla joven, repleta de talento y ganas de triunfar. Entre ellos estaban: Cañizares, Luis Enrique, Pep Guardiola, Kiko Narváez...
Para el mundial de EEUU en 1.994, fue elegido Javier Clemente como seleccionador.
El juego cambió, era más dinámico, más vistoso y lo más importante, más efectivo. Sólo las salidas de tono de dicho entrenador, afeaban la imagen que nos mostraban.
Cuando llegó la hora de la verdad, nos pusieron en frente a Alemania, Bolivia y Corea del Sur. Se decía que era un grupo fácil, que pasariamos sin problemas junto a la vigente campeona, Alemania.
¿Seguro?.
Empatamos contra Corea 2-2, después de ir ganando 2-0 a falta de 6 minutos para el final... La confiaza y la esperanza de casi todos los seguidores españoles cogió la maleta rumbo a casa. El empate siguiente contra Alemania, era de esperar, o de agradecer, según lo miremos. Pero en nuestras cabezas, ya estábamos casi eliminados, sólo un partidazo ante Bolivia nos salvaría.
Y pasó, volvimos a sonreir viendo como España ganaba por 3-1 y con un juego renovado y fresco. Que nos llevó hasta cuartos, tras apear también a Suiza (3-0) con uno de los mejores partidos del mundial.
Cuartos, maldita barrera antiespañola, esta vez vestida de azul y respondiendo por el nombre de Italia. Indignados acabamos el partido, enfadados, incrédulos de lo que había pasado. 1-1 en el marcador, ataca España, Luis Enrique dentro del área esperando el balón, lo cubre Tassotti. El italiano decide pararlo de la manera más deportiva, dando una imagen bonita del fútbol italiano. Le revienta la nariz de un codazo. El delantero español tiene la nariz rota y la sangre le llena la camiseta.
El árbitro no hace ni caso, es más, riñe a Luis Enrique para que salga del campo lo antes posible.
Nuestra cara, un poema, lo que nos faltaba, que nos estén machacando a fuerza de hostias y ni caso.
Pero la cosa no queda ahí, para restregar cruelmente, Italia marca el segundo. Es injusto, el fútbol es injusto y el árbitro un cab... El último trozo de esperanza se pulveriza cuando pocos minutos después, Salinas falla incomprensiblemente cuando se queda solo frente a frente con el portero italiano.
Aun así, tras haber caído, la prensa magnifica el trabajo realizado en el mundial y premia la campaña llamándola "una de las mejores".
Para la Eurocopa de Inglaterra en 1.996, las motivaciones estaban renovadas. Apenas se habían minado con los resultados del grupo, los goles en los minutos finales de los partidos le habían dado mucha emoción y esperábamos a Inglaterra en cuartos, sintiendo que podiamos ganarles.
De nuevo, los fallos garrafales en el uno contra uno, nos ponía contra las cuerdas. E Inglaterra nos noqueó en los malditos penaltis. Otra nueva desilusión.
Desilusión, que no vergüenza.
Eso fue lo que sentimos dos años después en el mundial de Francia en 1.998.
Parecía que nos íbamos a comer el mundo, los "señoritos" de la selección estaban pletóricos en sus clubes de origen y se hablaba de vapulear a cualquier rival.
Primer partido, derrota contra Nigeria 3-2, con un autogol que se nos quedará grabado en la retina el resto de nuestra vida. Un autogol, que a priori, sería el que nos echara del mundial con el rabo entre las piernas.
La crisis se agravaba con un insulso empate ante Paraguay. No dependiamos de nosotros mismos cuando jugamos en último partido. Que ganamos 6-1 a Bulgaria, sacando las garras demasiado tarde, estábamos eliminados y Clemente, arremetía contra todos en rueda de prensa.
La vuelta a casa, insoportable, enfadado con el equipo, enfadado con el seleccionador, y enfadado con la mala suerte que nunca nos iba a dar una tregüa.
Para la Eurocopa del 2.000 disputada en Bélgica y Holanda, Clemente había sido destituido y su cargo lo ocupaba Camacho.
Las goleadas como el 9-0 a Austria, llenaron de ánimos los corazones de los seguidores de la Roja, y nos presentamos frente a un grupo "fácil" Noruega, Eslovenia y Yugoslavia.
Para no perder la tradición, empezamos con una decepción, perdiendo contra Noruega 1-0 por un "cantazo" de Molina, que le costaría la titularidad en pos de Cañizares.
Ganamos el segundo partido sufriendo más de lo normal, pero fue el encuentro contra Yugoslavia, el que nos hizo saltar de los asientos.
15 minutos para el final, perdiamos 2-1. 3-2 reflejaba el electrónico con el tiempo cumplido. Pero un penalti marcado por Mendieta en el minuto 93 ponía las tablas. Y casi con lágrimas de alegría, veíamos como Alfonso, a media volea, hacía el 3-4 en el minuto 95. Logrando clasificarnos como primera de grupo.
Nos esperaba Francia en cuartos. Con todos nuestros defectos e inseguridades demostradas a lo largo del torneo, nos presentamos frente a la mejor selección francesa de la historia, (vigente campeona del mundo en aquel momento).
El partido más extraño no pudo ser, en 11 minutos se marcaron los únicos tres goles del partido, 2-1 en nuestra contra. No hicimos el mejor partido de la historia, pero nos alegró en demasía el penalti pitado a nuestro favor en el último minuto.
Raúl al lanzamiento, si marcaba entrábamos en la prórroga, quizás allí le podiamos hacer daño.
España entera aguantando la respiración, se oye el pitido, Raúl avanza hacia el balón...
A las gradas.
Nadie se lo puede creer, miramos la televisión tapándonos la boca con las manos. ¿Otra vez?. ¿otra vez la oportunidad en los momentos finales, y otra vez fallada?.
¿y por qué me hago ilusiones si luego pasa lo que pasa?.
Pero parece que las dudas se las lleva el viento cuando corren de nuevo olores de mundial.
Dudo que algún aficionado español olvide el mundial de Corea y Japón 2.002.
Pero ya que estoy haciendo de cronista, es mi deber contarlo.
Por un accidente "estupido" el portero titular de la Roja, (Cañizares) no la podía disputar y fue llamado en su lugar a un joven Iker Casillas, que no estaba ni convocado.
Algo era extraño en aquel mundial, España comenzaba ganando, cosa que no pasaba hacía más de 50 años (vaya record) y sentimos por dentro que este podía ser nuestro año. Más aun, cuando nos clasificamos para octavos con nueve puntos.
Esta vez nos tocaba Irlanda. La cosa parecía ir bien cuando marcó Morientes e Irlanda no hacía mucho por llevarse el partido. Pero claro, no podemos olvidar que somos España y la suerte parece que nos odie. Penalti a favor de Irlanda. Insultos y blasfemias salen a raudales de las bocas de los aficionados españoles. Demasiado ocupados quejándonos, vemos con el rabillo del ojo como Casillas detiene el lanzamiento. Respiramos. Nos miramos y sonreimos con nerviosismo.
Pero todavía nos estaba reservada otra sorpresita más. En el último minuto, otro penalti en contra. Se nos cae el alma a los pies. -Estos no son como nosotros, estos no van a fallar en el último minuto- deciamos muchos. Deseando con toda nuestra fuerza que el destino nos quitara la razón. Pero no, estábamos en lo cierto, Irlanda no falla esa oportunidad y nos obliga a ir a la prórroga.
Que maldita sea nuestra suerte, Albelda se lesiona y no tenemos más cambios.
¿Jugando con 10 y con toda la prórroga por delante?, Irlanda nos come vivos...
Pero no, aguantamos las envestidas como campeones. Ganando finalmente el pulso en los penaltis, donde Casillas paró dos.
Estábamos en cuartos y nos tocaba medirnos contra Corea. Muchos pensamos que aquella vez iba a ser por fin la definitiva para romper esa asquerosa barrera que nos ponían en cuartos.
Si no es por la mala suerte, es porque nos roban el partido... ROBAN si, dos sinvergüenzas. Uno egipcio y otro de Trinidad y Tobago. La desonrra de sus países al ver la pésima actuación de sus compatriotas, que les faltó recibir el maletín allí mismo.
Nos volvemos a casa con la sensación de que podiamos haber hecho algo grande esta vez y la impotencia de que nos echen de manera ilegal.
Decepcionante fue la actuación en la Eurocopa de Portugal en 2.004.
Ya la fase de clasificación se nos atragantó, teniendo que pasar en la repesca. La actitud del equipo no era muy buena que digamos, se palpaba una dejadez total y una falta de ganas increible en un grupo de profesionales. Como era de esperar, España no pasó del grupo. Fue de más a menos y la imagen que mostró en el torneo fue vergonzosa.
La cosa parecía cambiar cuando Luis Aragones se hizo cargo de la Roja. Inculcó un gran sentido al juego y valores que la selección había perdido años atrás.
Tocaba el turno en el mundial de Alemania, verano del 2.006.
La clasificación había venido casi por suerte, entrando en la repesca y gracias.
En nuestro grupo Ucrania, Tunez y Arabia Saudí, el inicio del torneo fue grandioso, 4-0 a Ucrania (el rival más fuerte) y con un juego que asombró a medio mundo. Poco a poco, el equipo fue decayendo. Aunque se consiguió el pase de grupos con 9 puntos, pleno de victorias. En octavos, Francia, nunca hemos vencido al club vecino en competición oficial...
En el 28 marca Villa de penalti, casi toda la primera parte a sido nuestra. Pero antes del descanso Ribery empata y en la recta final de la segunda parte, Vieira en el 83 nos deja a todos mudos para toda la noche, 2-1; "el genio" Zidane, nos hace lo que quiere e incluso pone la puntilla en el 92 marcando el 3-1. Otra vez para casa cabizbajos y haciendo el ridículo tras sacar varios spots riéndonos de la edad de la selección francesa. "Os vamos a jubilar" rezaban, y fueron ellos quienes nos jubilaron.
La victoria en la Eurocopa a los dos años de esto, todos la recordamos. Al igual que el mundial. Cuando se gana todo es bonito y llueven homenajes por todos lados.
Venden los DVD,s como rosquillas y durante días, en la televisión te bombardean con especiales.
Pero cuando pierdes, lo único que queda es el mal sabor de boca, ver como otros son los que siguen viviendo la ilusión y lamentarte profundamente.
Ahora es muy fácil apoyar a España, tras convertir en realidad el sueño de todos y tras haber callado bocas a decenas.
Lo difícil es mantener la ilusión cuando las decepciones te la han pisoteado tantas veces que crees que no la puedes mantener. Y sin embargo, sigue tan intacta como el primer día.


.Lord Tomeu.